Existen
multitud de
estrategias de
inversión, y creo que
ninguna de ellas es la
ideal para
todo el mundo. Cada una tiene sus ventajas y sus desventajas, sus riesgos y sus objetivos de rentabilidad. Cada inversor debe elegir la estrategia o estrategias que mejor se adapten a sus necesidades, deseos y filosofía de vida, dependiendo de múltiples factores. No hay por qué elegir una única estrategia, pueden combinarse
varias de las presentadas aquí o en cualquier otro lugar. Recomiendo leer primero este artículo:
Por qué es mejor invertir en acciones que en ETFs y fondos a largo plazo (acciones vs. índices)
En primer lugar hay que distinguir entre
estilos de inversión y
estrategias de inversión. El estilo de inversión lo podríamos asociar al tipo de coche y la estrategia de inversión al modelo concreto de coche. Cuando alguien quiere comprar un coche primero debe decidir si compra un monovolúmen, un descapotable, una berlina, etc. Esto sería el equivalente a elegir el estilo de inversión. Si decide que lo quiere es un descapotable entonces el siguiente paso es decantarse por un Mercedes SLK, un Porsche Boxster, un BMW Z4, etc. Esto sería el equivalente a la estrategia de inversión. Y, al igual que sucede con los coches, es bueno que cada inversor personalice y ajuste la estrategia elegida a sus necesidades y objetivos de la misma manera que se elige un motor concreto de SLK, por ejemplo, con determinados extras, colores, etc.
Cuando se utilizan varias estrategias es recomendable tener una cuenta de valores para cada una de forma que queden claramente separadas y se puedan seguir y analizar los resultados de cada una de ellas. En ningún caso debe traspasarse dinero de las estrategias que dan buen resultado a las que dan mal resultado para cubrir pérdidas.