
Aprende a invertir en Bolsa para transformar tu vida y jubilarte como te mereces, y cuando tú decidas.

En los países desarrollados, normalmente, los bonos de las grandes empresas dan una rentabilidad ligeramente superior a la de los bonos del Tesoro. La razón de esto es que el último en quebrar en un país es el Estado y por eso si las rentabilidades fueran exactamente iguales todo el mundo preferiría los bonos del Estado a los de las empresas. Habitualmente la diferencia es muy pequeña, de unas pocas centésimas o décimas porcentuales, porque el riesgo de quebrar de estas empresas es bajísimo.
Por tanto, invertir en bonos de las grandes empresas tiene una seguridad prácticamente similar a la del Estado y una rentabilidad ligeramente superior.
Si se invierte en una cartera muy diversificada de bonos de empresas, como sucede cuando se compran participaciones de un fondo de inversión o un ETF se podría considerar que, en la práctica, la seguridad es la misma que la del Estado. La única posibilidad de perder la inversión sería que la mayoría de esas grandes empresas quebraran y no pudieran hacer frente a sus bonos, pero si eso sucediera lo más probable es que el Estado tampoco pudiera responder de su deuda porque, al fin y al cabo, el Estado responde única y exclusivamente con el dinero que quita a los ciudadanos y empresas de ese país y si todas las grandes empresas de un país quebraran la situación sería apocalíptica y el Estado no tendría a quién quitar el dinero para hacer frente a sus deudas.