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En ocasiones un inversor que posse unas acciones en cartera cree que estas van a tener una caída a corto o medio plazo y le gustaría aprovecharla, pero si las plusvalías que acumula son importantes podría tener que pagar a Hacienda una cantidad de impuestos muy alta, incluso superior a la ganancia que obtendría en el corto plazo.
Supongamos que un inversor tiene 1.000 acciones de BBVA compradas a 2 euros. BBVA cotiza actualmente a 20 euros y el inversor cree que va a caer hasta 17 euros y quiere obtener una ganancia en el corto plazo. Si vende las 1.000 acciones a 20 euros obtendrá 20.000 euros, y la plusvalía será de 18.000 euros (20 – 2 = 18; 18 x 1.000 = 18.000). Si suponemos que el impuesto por la plusvalía es el 18% deberá pagar a Hacienda 3.240 euros (18% de 18.000) y le quedarán disponibles 16.760 euros (20.000 – 3.240 = 16.760) para volver a comprar acciones de BBVA cuando caiga a 17. El problema es que con 16.760 euros sólo se pueden comprar 985 acciones de BBVA (16.760 / 17 = 985), con lo cual el inversor, a pesar de acertar con el movimiento, ha terminado teniendo menos acciones de las que tenía originalmente y además no ha cobrado los dividendos que haya pagado el BBVA desde que vendió las acciones hasta que las volvió a recomprar.
Esta situación puede mejorarse utilizando la venta de futuros.
El inversor del ejemplo podría vender 10 contratos de futuro sobre BBVA a 20,10 euros aproximadamente, suponiendo que cada contrato represente 100 acciones. Cuando el BBVA baje a 17 euros podrá recomprar esos 10 contratos a 17,10 euros, con lo que habrá obtenido una ganancia de 3.000 euros (20,10 – 17,10 = 3; 3 x 10 contratos x 100 acciones/contrato = 3.000 euros).
De esos 3.000 euros suponemos que tendrá que pagar a Hacienda el 18%, 540 euros. Le quedan libres para invertir 2.460 euros (3.000 – 540 = 2.460), con los que podrá comprar 144 acciones de BBVA a 17 euros (2.460 / 17 = 144) y de esta forma pasará a tener un total de 1.144 acciones de BBVA.
La diferencia entre una opción y otra es importante, con la primera acaba teniendo 985 acciones y con la segunda 1.144. Además en todo momento ha cobrado los dividendos que haya pagado BBVA por las 1.000 acciones que ya poseía en cartera durante la caída de 20 euros a 17 euros.
Si las acciones de BBVA suben por encima de 20 euros, el inversor estará obligado a vender sus acciones a 20,10, que es el precio al que vendió los futuros. Si no quiere desprenderse de ellas deberá pagar en metálico la pérdida de los futuros. Por ejemplo si BBVA comienza a subir y cuando el futuro sobre acciones de BBVA cotiza a 25,10 euros el inversor cambia de opinión y piensa que BBVA ya no va a bajar tiene 2 opciones:
- Vender sus 1.000 acciones a 20,10 euros, que es el precio al que vendió los futuros.
- Liquidar la pérdida de la posición de futuros en metálico y conservar sus 1.000 acciones. La pérdida en este caso serían 5.000 euros (25,10 – 20,10 = 5; 5 x 10 x 100 = 5.000)
Es importante saber que si se utilizan como garantía las 1.000 acciones de BBVA no habrá que poner garantías en metálico, pero aunque se utilicen las acciones como garantía muy probablemente habrá que tener una reserva de liquidez que hacer frente a la liquidación diaria de pérdidas y ganancias. Nota: Estas condiciones pueden variar de un mercado a otro e incluso en un mismo mercado pueden variar a lo largo del tiempo, por lo que habrá que conocer el funcionamiento del mercado en el que se desee operar en este punto concreto.
Si se utiliza esta estrategia hay que estar dispuesto a desprenderse de las acciones en caso de estar equivocado o, en su defecto, a asumir la pérdida en metálico que se produzca hasta el cierre de la operación.