Image

Consigue tu Independencia Financiera para transformar tu vida y jubilarte como te mereces, y cuando tú decidas.

"Soy uno de los autores más vendidos en Amazon España desde 2013"
Image

Renta fija y divisas

Qué es la prima de riesgo y para qué sirve

La prima de riesgo es la diferencia de rentabilidad entre dos activos similares. Mide la diferencia de riesgo entre ambos, cual de ellos es más fiable y qué diferencia hay entre ambos, según la opinión del conjunto de inversores, en ese momento.
Por ejemplo, si en un momento dado el bono alemán a 10 años da una rentabilidade del 3,57% y el bono español a 10 años da una rentabilidad del 5,12%, la prima de riesgo es de 155 puntos básicos.
Para calcularla “quitamos” los porcentajes y los restamos. En este caso, 512 – 357 = 155 puntos básicos.
Un “punto básico” es una centésima de punto porcentual. Un 1% son 100 centésimas, y por tanto 100 puntos básicos.
Si 5 minutos después la rentabilidad del bono aleman se mantiene en el 3,57% y la del bono español sube hasta el 5,15%, la prima de riesgo sube hasta los 158 puntos básicos (515 – 357 = 158).
Y si al cabo de media hora la rentabilidad del bono alemán sube hasta el 3,59% y la del bono español cae hasta el 5,10%, la prima de riesgo baja hasta los 151 puntos básicos (510 – 359 = 151).
La prima de riesgo varía constantemente, tanto como lo hagan las cotizaciones de los bonos implicados. Porque la prima de riesgo se calcula con los bonos que ya están emitidos, y por tanto cotizan a diario en el mercado.
Se llama “prima de riesgo” porque es la rentabilidad que exigen “de más” los inversores para comprar los bonos del inversor menos fiable (España, en este ejemplo). Si en el ejemplo anterior el bono alemán a 10 años diese una rentabilidad del 3,59% y a los inversores les ofrecieran en ese mismo momento bonos españoles a 10 años con una rentabilidad también del 3,59%, no comprarían los bonos españoles, porque para ganar lo mismo se quedan con el que tiene una mayor fiabilidad (los bonos alemanes, en este ejemplo). Para comprar bonos españoles los inversores tienen que ganar más dinero que si compran bonos alemanes (en este ejemplo), y “cuánto más” estiman los inversores que deben ganar por comprar los bonos españoles en lugar de los alemanes es lo que mide la prima de riesgo.
Se pueden establecer infinidad de primas de riesgo distintas. Por ejemplo, se puede medir la prima de riesgo entre el bono español a 10 años y los bonos a 10 años de Alemania, Italia, Francia, Portugal, Holanda, Bélgica, etc. A su vez, se puede medir la prima de riesgo del bono francés respecto al de Italia, Chipre, Austria, Eslovenia, etc.
En la práctica, lo más habitual es medir la prima de riesgo entre el emisor más fiable de una zona respecto y el resto de emisores de esa zona. Por ejemplo, en Europa se suele tomar como referencia el bono alemán a 10 años, ya que se suele considerar que Alemania es el país más fiable para prestarle dinero. Aunque esto no siempre ha sido así (ha habido momentos, por ejemplo, en que el bono español a 10 años daba una rentabilidad inferior a la del bono alemán a 10 años, porque en esos momentos se consideraba que la deuda española era más fiable que la alemana), y en el futuro podría dejar de ser así.
¿Tiene la prima de riesgo alguna utilidad práctica para los inversores en renta fija?
, tiene bastante utilidad, sobre todo en determinados momentos.
La prima de riesgo es la opinión del mercado, pero el mercado puede equivocarse, y de hecho es algo que ha sucedido en muchísimas ocasiones, y probablemente seguirá sucediendo en el futuro.
La prima de riesgo no es algo objetivo, sino subjetivo. No es un “termómetro” que nos muestra un dato objetivo, sino una medida de lo que opina el mercado en cada momento. No es un análisis frío de la realidad de cada país, sino el resultado de las emociones (miedo y codicia, fundamentalmente) del conjunto de inversores en cada momento. Cuando las emociones priman sobre la razón, los precios llegan a niveles en los que no reflejan el valor real de las cosas, y son los inversores que actúan racionalmente los que obtienen beneficios de esas situaciones.
Si en un momento dado la prima de riesgo de España respecto a Alemania es de 500 puntos básicos, por ejemplo, eso no quiere decir que esa sea la prima de riesgo “justa” que mide exactamente la diferencia de riesgo que existe en ese momento entre invertir en España e invertir en Alemania. Cada inversor debe decidir si esa cifra es justa o exagerada, y si cree que es exagerada lo que debe hacer es actuar en contra de la mayoría del mercado (que por otra parte, en muchas ocasiones es la alternativa más sensata y prudente). En este caso, si un inversor cree que esa diferencia es exagerada, lo que debe hacer es comprar los bonos españoles y evitar los bonos alemanes.

Qué es la rentabilidad financiero – fiscal

La rentabilidad financiero-fiscal es la rentabilidad que ofrece un producto después de pagar a Hacienda.
Es frecuente que haya productos de renta fija con diferente tratamiento fiscal. Incluso a veces el tratamiento fiscal de algunos productos no es igual para todo el mundo, sino que depende del nivel de ingresos de cada contribuyente.
En estos casos no hay que mirar solamente la rentabilidad que ofrece el producto, sino qué rentabilidad real vamos a obtener después de pagar a Hacienda.
Supongamos 2 productos distintos, con el mismo nivel de riesgo.
El producto A ofrece un 5% de rentabilidad y el producto B ofrece un 4,5%.
Si la fiscalidad de ambos productos es idéntica entonces es más interesante el producto A, pero si es distinta debemos hacer los cálculos necesarios para ver cuál de los 2 productos nos interesa más.
Imagínemos que por la ganancias que obtengamos en el producto A tenemos que pagar un 25%, mientras que por las ganancias del producto B sólo tendremos que pagar un 10%.
Si invertimos 1.000 euros en el producto A obtendremos 50 euros, de los que tendremos que pagar a Hacienda 12,5 euros (el 25% de 50) y nos quedarán 37,5 euros limpios.
Si esos mismos 1.000 euros los invertimos en el producto B sólo recibiremos 45 euros. Pero como Hacienda “sólo” nos quitará 4,5 euros (el 10% de 45) nos quedarán 40,5 euros limpios.
En este caso el producto B es más interesante que el A, ya que aunque su rentabilidad financiera sea menor su rentabilidad financiero-fiscal es mayor.

¿Por qué las Letras del Tesoro son menos rentables que los Bonos del Tesoro a 10 años?

Por la liquidez.
Cuando se compra un Bono del Tesoro a 10 años se está haciendo un préstamo al Estado durante 10 años. Es decir, hasta dentro de 10 años el Tesoro no nos devolverá el dinero que le prestamos. Si necesitamos el dinero antes de que pasen los 10 años podremos vender el Bono en el mercado secundario a cualquier otro inversor que nos lo quiera comprar, pero en ese caso no tenemos asegurado que vayamos a recibir por el Bono lo mismo que pagamos por él.. A ese otro inversor que nos ha comprado el Bono el Estado no le reembolsará el dinero prestado (los intereses sí se van cobrando periódicamente) hasta que no pasen los 10 años.
Esto quiere decir que si invertimos el dinero a 10 años y necesitamos el dinero antes podemos perder dinero.
La alternativa es invertir en plazos más cortos, como las Letras del Tesoro a 1 año, por ejemplo. Cuanto más corto sea el plazo menos tiempo tardaremos en recuperar nuestro dinero. Pero por contra aquel al que se lo hemos prestado (el Estado en este caso) tiene que devolvérnoslo antes y eso dificulta su planificación financiera a largo plazo.
Todo tiene un coste, si queremos tener una liquidez mayor tendremos que aceptar una rentabilidad inferior. Y al revés, si corremos más riesgos y prestamos el dinero durante un plazo de tiempo más largo podremos exigir una rentabilidad superior.
El diferencial de rentabilidad entre las Letras del Tesoro y los Bonos a 10 años no es algo fijo. Ambos activos cotizan diariamente en el mercado y su diferencial de rentabilidad aumenta o disminuye constantemente en función de las preferencias de los inversores en cada momento por la rentabilidad a largo plazo (Bonos) o la liquidez (Letras).
La rentabilidad de los Bonos del Tesoro a 2 y 5 años se sitúa entre las Letras del Tesoro y los Bonos a 10 años, siguiendo la misma regla de a mayor liquidez menor rentabilidad.

Cómo se calcula la rentabilidad de los Bonos del Tesoro

La rentabilidad de los Bonos del Tesoro a 10 años tiende a ser aproximadamente la suma de la previsión del crecimiento del PIB más la previsión de la inflación. La explicación es la siguiente.
El Bono del Tesoro a 10 años se considera el “activo de riesgo cero”, es decir, la inversión menos arriesgada que existe en un país. Por otra parte comprar un Bono del Tesoro es hacerle un préstamo al Estado, que se compromete a devolver el dinero más unos intereses. La cuestión es cuánto cobrarle al Estado por prestarle nuestro dinero. Como mínimo tendrá que darnos la inflación, ya que si no estamos perdiendo poder adquisitivo. Pero si lo único que vamos a sacar es la inflación, ¿tiene sentido retrasar 1 año los gastos que tengamos previstos?.
Por ejemplo supongamos que tenemos 20.000 euros y queremos comprarnos un coche que vale exactamente 20.000 euros. Estamos dispuetos a retrasar la compra del coche 1 año si a cambio obtenemos algo de rentabilidad. Supongamos que prevemos que la inflación en los próximos 12 meses va a ser del 2%. Eso quiere decir que el coche que queremos el año que viene costará un 2% más, 20.400 euros.
Si prestamos nuestro dinero al Estado, comprando Bonos del Tesoro por valor de 20.000 euros, a cambio de una rentabilidad igual a la inflación dentro de 1 año el Estado nos dará 20.400 euros, los 20.000 que le prestamos más 400 de intereses (2%).
El precio del coche ha subido hasta 20.400 euros pero nuestra inversión también, y ahora tenemos los 20.400 euros que nos hacen falta para comprar el coche.
Pero para esto no hacía falta esperar 1 año. Si el año pasado hubiéramos comprado el coche por 20.000 euros habríamos podido disfrutar del coche los últimos 12 meses. Esperando no hemos ganado nada, sólo retrasar nuestro objetivo que era comprar el coche.
Por eso hay que pedir algo más de rentabilidad, ya que si no compraremos el coche directamente en lugar de comprar primero los Bonos y 1 año después el coche. Y ese “algo de más” de rentabilidad se acepta generalmente que sea el crecimiento esperado para el conjunto del país; el PIB.
Volviendo al ejemplo anterior, si esperásemos que el PIB va a crecer un 3% pediríamos una rentabilidad del 5% (2% inflación + 3% PIB) para comprar los Bonos. De esa forma al invertir 20.000 euros obtendremos 21.000 euros al cabo de 1 año. Entonces compraremos el coche por 20.400 euros y nos sobrarán 600 euros (21.000 – 20.400 = 600), que es el beneficio que hemos obtenido por retrasar el gasto durante 1 año.
A esto hay que añadir varias puntualizaciones importantes:
  • La rentabilidad del Bono hoy es la suma de la inflación y el PIB estimados para el futuro, no los que se han producido en los últimos 12 meses.

  • Al ser ambos (inflación y PIB) datos estimados ni se conocen con exactitud (el futuro nunca se conoce) ni todo el mundo tiene las mismas estimaciones. Unos inversores estarán dispuestos a comprar Bonos al 4% de rentabilidad (2% inflación + 2% PIB, por ejemplo) y otros sólo comprarán si la rentabilidad es del 5% (2% inflación + 3% PIB, por ejemplo). Los Bonos cotizan diariamente en el mercado y su cotización es el reflejo de las expectativas sobre la inflación y el PIB de los invesores que compran y venden Bonos. Esas expectativas pueden variar, y de hecho lo hacen, a lo largo del tiempo y además no tienen por qué coincidir, como es lógico, con las cifras que finalmente lleguen a producirse.

  • Esta forma de calcular la rentabilidad de los bonos es válida para países estables en momentos de mercado normales. No es válida para todos los casos; inflaciones muy altas, países emergentes con crecimientos del PIB muy elevados, etc.
El Tesoro emite Bonos a distintos plazos. El más importante es el Bono a 10 años y es el que se utiliza como referencia a la hora de invertir en renta fija y de comparar la inversión en renta fija con otras alternativas.

La renta fija puede dar rentabilidad negativa

Si un título de renta fija (Letras del Tesoro, Bonos del Tesoro, etc.) se mantiene hasta su vencimiento se recibirá siempre la cantidad establecida (tanto de intereses como de capital), pase lo que pase con los tipos de interés. En este caso no puede haber ninguna sorpresa.
Pero si se vende antes del vencimiento se puede llegar a perder dinero (y también ganarlo). Cuando el tipo de interés de las nuevas emisiones sube los títulos ya emitidos pierden valor. Y al revés, cuando el tipo de interés de las nuevas emisiones baja los títulos ya emitidos aumentan su valor.
Lo veremos con un ejemplo de un bono a 1 año:
El 2-1-2008 compramos un bono de 1.000 euros al 5%. Es decir, el 2-1-2008 se pagan 1.000 euros y el 2-1-2009 se reciben 1.050 euros (1.000 de capital y 50 de intereses). El 3-1-2008 suben los tipos de interés del 5% al 10%. Otro inversor compra un nuevo bono por el paga 1.000 euros y el 3-1-2009 recibirá 1.100 euros. Si ahora queremos vender el bono que compramos al 5% por 1.000 euros no nos lo va a comprar nadie, ya el 2-1-2009 van a recibir 1.050 euros, en lugar de recibir 1.100 el 3-1-2009 si compraran un bono nuevo al 10%. Para venderlo tendremos que bajar el precio a 950 euros (aprox.), de forma que quien nos lo compre gane los mismos 100 euros (aprox.) (1.050 - 950 = 100 euros) que si compra un bono de los nuevos (1.100 - 1.000 = 100).
Y al revés, si los tipos de interés bajan nuestro bono sube de precio:
El 2-1-2008 compramos un bono de 1.000 euros al 10%. El 2-1-2009 recibiremos 1.100 euros (1.000 de capital y 100 de intereses). El 3-1-2008 bajan los tipos de interés del 10% al 5%. Otro inversor compra un nuevo bono por el que paga 1.000 euros y el 3-1-2009 recibirá 1.050 euros. Ahora podremos vender nuestro bono por 1.050 euros (aprox), ya que quien nos lo compre ganará los mismos 50 euros (aprox.) (1.100 – 1.050 = 50) que si compra un bono de los nuevos (1.050 - 1.000 = 50).
Nota: se han utilizado cifras redondas para dar claridad al ejemplo. En realidad hay que pensar en términos de rentabilidad. El precio de los bonos a la hora de venderlos antes de su vencimiento debe ser tal que la rentabilidad (no la cantidad percibida; los 50 ó 100 euros del ejemplo) iguale a la de los bonos nuevos. Por ejemplo, en el primer caso (subida de tipos del 5% al 10%) el bono no se vendería a 950 euros, sino a 954,54. Si hoy damos 954,54 euros y dentro de 1 año recibimos 1.050 hemos obtenido un 10% de rentabilidad, la misma que los bonos nuevos. Si pagáramos 950 euros y al cabo de 1 año recibiéramos 1.050 la rentabilidad sería del 10,52%.

Cuanto mayor sea el plazo del bono más le afectan las subidas y bajadas de los tipos de interés. Por tanto, si se prevee que los tipos van a bajar será bueno invertir en los plazos más largos. En caso de subida de tipos de interés será mejor estar en los plazos más cortos.
Esto debe tenerse en cuenta, sobre todo, a la hora de invertir en fondos de inversión en renta fija. Los inversores particulares que compran títulos de renta fija suelen mantenerlos hasta su vencimiento, por lo que reciben el capital e intereses acordado. Pero el precio de las participaciones de los fondos de inversión refleja la cotización diaria de los bonos en el mercado secundario, establecida tal y como hemos visto en los ejemplos. Por eso, cuando los tipos de interés suben muchos fondos de inversión en renta fija (sobre todo los que invierten en plazos más largos) pueden llegar a tener rentabilidades negativas. También puede pasar que las rentabilidades no lleguen a ser negativas pero sean muy inferiores a lo esperado. Depende de cuánto suban los tipos de interés y a qué velocidad lo hagan. Cuando los tipos bajan la situación es la contraria, estos fondos tienen rentabilidades superiores a lo que podría esperarse. Cuánto mayor sea el plazo medio de los títulos que compongan la cartera del fondo más influenciado se verá por los movimientos de los tipos de interés.
Los FIAMM no entran en pérdidas al subir los tipos de interés, ya que sus títulos tienen unos vencimientos muy cortos. Los títulos a los que les quedan menos de 6 meses para su vencimiento se valoran (al calcular el valor de las participaciones de los fondos de inversión) según el número de días transcurridos desde su emisión, no por su precio de mercado. Por tanto las subidas y bajadas de tipos de interés no les benefician ni les perjudican. Las carteras de los FIAMM suelen tener una duración media entre 6 meses y 1 año. Las subidas y bajadas de tipos en la realidad son mucho más suaves que las utilizadas en el ejemplo, por lo que los títulos que poseen los FIAMM en su cartera con una duración superior a 6 meses sólo sufren pequeñas variaciones que en ningún caso les hacen llegar a tener rentabilidades negativas. Lo normal es que según suban los tipos de interés la rentabilidad de los FIAMM también vaya subiendo, ya que los títulos que van venciendo se renuevan por otros que ofrecen rentabilidades superiores.

Libros

Image
We use cookies

Usamos cookies en nuestro sitio web. Algunas de ellas son esenciales para el funcionamiento del sitio, mientras que otras nos ayudan a mejorar el sitio web y también la experiencia del usuario (cookies de rastreo). Puedes decidir por ti mismo si quieres permitir el uso de las cookies. Ten en cuenta que si las rechazas, puede que no puedas usar todas las funcionalidades del sitio web.