Los impuestos con distintos tramos de gravamen favorecen la economía sumergida
Determinados impuestos, como el del IRPF en España, van elevando el porcentaje que debe pagarse según va aumentando el nivel de beneficios o ingresos.
Esto hace que cada vez sea menos interesante trabajar más y producir más, ya que el porcentaje de la riqueza generada que se conserva es menor.
Una de las conductas que esto provoca es el aumento de la economía sumergida. Al pasar de ciertos límites todo aquél que tiene posibilidad de cobrar por sus productos o servicios sin declarar esos ingresos al Estado lo hace.
Cuando los impuestos son bajos a muy poca gente le merece la pena correr el riesgo de incumplir la Ley, pero a medida que los impuestos van aumentando también lo hace el de gente que decide correr el riesgo. A partir de ciertos niveles de impuestos el número de personas que no están dispuestas a que el Estado se quede con la mayor parte del dinero que han generado es muy elevada.
Esto trae consigo todos los problemas asociados a la economía sumergida; falta de seguridad jurídica en las transacciones comerciales, nula recaudación por parte del Estado, falseamiento de estadísticas y cifras oficiales, etc.
La solución a este problema es que el Estado reduzca fuertemente sus gastos y el nivel de impuestos a niveles sostenibles que puedan ser asumidos por los ciudadanos.
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