
Aprende a invertir en Bolsa para transformar tu vida y jubilarte como te mereces, y cuando tú decidas.

Las principales ventajas de la inversión a través de fondos de inversión respecto a la compra directa de acciones son:
- Es necesario un menor conocimiento: Esta ventaja se produce siempre y cuando se invierta en fondos que a su vez inviertan en índices amplios de mercado sin riesgo de divisa (es decir, cuya moneda sea el euro), como el IBEX 35 o el Eurostoxx 50. Si se invierte en fondos sectoriales (tecnológicas, farmaceúticas, ocio, etc.), de países emergentes o con riesgo de divisa debe tenerse un buen conocimiento para valorar de alguna forma el mercado en el que se desee invertir y poder determinar no sólo la conveniencia de hacerlo o no sino también el momento de entrar y salir. Esto no quiere decir que se pueda invertir en un fondo referenciado al IBEX 35 en cualquier momento, con cualquier cantidad de dinero y sin tener ningún conocimiento sobre la valoración de la Bolsa en dicho momento. Si una persona quiere invertir en Bolsa pero no tiene conocimientos para ello tendrá menos probablilidades de tener un disgusto invirtiendo en un fondo referenciado al IBEX 35 o al Eurostoxx 50 que comprando acciones sin nigún criterio ni estrategia definida. Pero es evidente que cuanto menores sean los conocimientos más probable es que el resultado no sea bueno.
- Fiscalidad: Actualmente la fiscalidad de los fondos es muy favorable en España. Si se traspasa el dinero de un fondo a otro no hay que pagar nada a Hacienda por las plusvalías obtenidas. Por ejemplo, es posible abrir un fondo de renta variable y al cabo de X años o meses (cuando pensamos que la Bolsa va bajar) traspasar todo el dinero a un FIAMM. Más adelante, si la Bolsa baja podemos volver a traspasar todo el dinero desde el FIAMM al fondo de Bolsa. En todo este proceso no habremos tenido que pagar nada a Hacienda, ni por el dinero ganado con el fondo de renta variable ni por el dinero ganado con el FIAMM. En el momento en que reembolsemos el último fondo en el que hayamos invertido (independientemente del número de traspasos que hayamos hecho) será cuando tengamos que pagar por las plusvalías generadas en todos los fondos, desde el primero hasta el último. El hecho de pagar al final y no en cada traspaso supone que el dinero que no hemos pagado a Hacienda en cada cambio de fondo ha estado en nuestro poder generando mayor rentabilidad.
- Las decisiones rutinarias de gestión las toma otro: Es función y responsabilidad del gestor de patrimonio decidir en qué mercados se invierte y cuándo. Pero una vez tomada la decisión de invertir en Bolsa de la zona euro (por ejemplo) es el gestor del fondo el que decide continuamente si debe comprar Deutsche Bank o Fortis o si debe vender una parte de las acciones de Telecom Italia que posee para comprar Société Générale y en qué debe reinvertir los dividendos obtenidos de la cartera del fondo. La ventaja es que el estrés que genera la toma de este tipo de decisiones y el tiempo necesario para hacerlo se “traspasan” a otro (el gestor del fondo), con lo que el inversor queda liberado de estos temas. Sin embargo debe tenerse en cuenta que esto supone un coste que no es despreciable en absoluto (comisiones del fondo) y que existe la posibilidad de que el gestor del fondo no acierte en sus decisiones y obtenga un rentabilidad inferior a la que pueda obtener un inversor que gestione su propia cartera de valores. Invertir en fondos supone menos trabajo, pero no asegura mayor rentabilidad.
En cualquier caso, igual que para invertir en empresas hay que analizar empresas, para analizar fondos de inversión hay que analizar fondos de inversión. Si se compra cualquier fondo a cualquier precio en cualquier momento y sin tener en cuenta en qué está invertido el resto del patrimonio es muy probable que no se obtenga un buen resultado. Invertir en un fondo referenciado a un índice general (tipo IBEX 35) reduce el riesgo, pero no lo anula.
Ventajas de una cartera de valores respecto a los fondos de inversión