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Cómo debe elegirse el Poder Legislativo en una Democracia

El Poder Legislativo es quien hace las leyes, el Congreso de los Diputados en el caso de España.
Al ser uno de los tres Poderes del Estado debería elegirse también por sufragio popular. Y aparentemente así es en el caso de España, pero sólo aparentemente.
Cuando hay elecciones generales en España, los ciudadanos eligen entre una serie papeletas, con un montón de nombres escritos en cada una de ellas. La papeleta que elige cada ciudadano es la del partido que más se acerca a su forma de pensar, y el “montón de nombres escritos” son las personas que está eligiendo para que formen parte del Poder Legislativo.
La clave está en quién elige los nombres que están escritos en esas papeletas.
En España están “fusionados” el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo.
Son los presidentes de los partidos quienes eligen los nombres que irán en esas papeletas. Y si un ciudadano quiere que el partido X Gobierne debe elegir en un “lote” a las personas que ese partido presente tanto para el Poder Ejecutivo (Presidente del Gobierno) como para el Poder Legislativo (Congreso de los Diputados).
La teoría es que los ciudadanos eligen a los diputados del Congreso y estos eligen al Presidente del Gobierno. Si realmente fuera así, esto ya supondría una violación de la Separación de Poderes, ya que ningún Poder puede elegir a ninguno de los otros dos Poderes. En la práctica lo que sucede es que son los presidentes de los partidos políticos, y candidatos a la Presidencia de Gobierno, los que eligen a los miembros del Poder Legislativo.
El problema ya no es sólo el “lote”, sino que para ser miembro del Congreso de los Diputados no hay que defender unas determinadas ideas para conseguir el voto de los ciudadanos, sino hacer la pelota al presidente del partido.
Una persona que defienda sus ideas y los derechos y libertades de los ciudadanos y para ello se enfrente al presidente de su partido no podrá estar en el Poder Legislativo, ya que será retirado de las listas para el Congreso de los Diputados por el presidente de su partido.
Mientras que una persona que cumpla los deseos del presidente de su partido, por muy inmorales y contrarios a los intereses de los ciudadanos que sean, irá en las listas al Congreso de los Diputados y formará parte del Poder Legislativo.
Para que España fuera una Democracia las personas que se presenten al Congreso de los Diputados deberían ser elegidas directamente por los ciudadanos, y de forma totalmente independiente a la elección de la persona que será el Presidente del Gobierno.
Haciéndolo así, una persona que llegue al Congreso de los Diputados y no cumpla su programa electoral podrá ser quitada de su cargo en las siguientes elecciones por los electores traicionados. Y el hecho de que esto fuera así dificultaría en gran medida que se produzcan esas traiciones.
En la actualidad, para un candidato a diputado del Congreso no tiene ninguna relevancia (pensando en sus ingresos y su carrera política) el traicionar o no a sus votantes. Lo único relevante es cumplir las órdenes y deseos del presidente de su partido, sean cuáles sean.
Con el sistema aquí propuesto, los votantes de Cádiz, por ejemplo, podrían votar para Presidente del Gobierno al candidato de un partido y como representates de su provincia para el Congreso de los Diputados a personas de otro partido, o incluso a personas que no pertenezcan a ningún partido, pero que merezcan su confianza. También podrían votar para diputados, lógicamente, a personas del mismo partido que la que voten para Presidente del Gobierno. Con la diferencia de que podrían elegir entre todas aquellas personas de ese partido que se quisieran presentar, y no sólo entre aquellos a los que deje presentarse el presidente del partido.
Si la persona elegida por los votantes gaditanos traiciona a dichos votantes, en las siguientes elecciones no le votarán, y no será miembro del Congreso de los Diputados, por mucho que haga la pelota al presidente de su partido. Pero en la actualidad, el único requisito que hay que cumplir para volver a aparecer en las listas en las siguientes elecciones es hacer la pelota al presidente del partido.
Puedes leer muchos artículos similares a este en la sección de ”Economía y Democracia”

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Comentarios (1)
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Y eso es una verdad como un templo. Más aún: Muchas veces, como por desgracia ha sido así en la desgraciada legislatura anterior, llegan a ministros y diputados auténticos analfabetos intelectuales. Todo esto, porque en este país NO EXISTEN LAS LISTAS ABIERTAS. Y mientras eso no se consiga, pues hala, mamandurria, abuso de poder y corrupción hasta el hartazgo. Un saludo.
Ignacio
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