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El MAB (Mercado Alternativo Bursátil) es un mercado en el que cotizan pequeñas empresas, para las que antes de la creación del MAB era impensable cotizar en Bolsa. Es un mercado pensado para las PYMEs (Pequeñas y medianas empresas).
Gracias al MAB, estas empresas pueden conseguir nuevos accionistas para crecer más rápidamente, cosa que sin el MAB les resulta mucho más complicado.
El MAB les da también publicidad gratis, y mayor prestigio. Muchos de los presidentes de empresas que ya cotizan en el MAB dicen que salir al MAB les supuso rápidamente un incremento de las ventas, y el acceso a proyectos de una mayor complejidad, por el prestigio que da el cotizar en Bolsa respecto a no hacerlo. La imagen de una empresa es importante, y en muchos casos esa mejor imagen se traduce en más dinero.
Las empresas que cotizan en el MAB ganan en transparencia, y la comunicación con los inversores les hace mejorar algunos de sus procesos. Hay que tener en cuenta que una PYME no tiene la experiencia y el conocimiento que acumulan los diferentes departamentos de una gran empresa, y esa mayor relación con la comunidad inversora les puede ayudar a mejorar su forma de hacer las cosas y a gestionar mejor la empresa.
La mayor transparencia, a su vez, les facilita la financiación a través de créditos, préstamos, emisión de bonos, ampliaciones de capital, etc, porque al ser empresas más conocidas por la comunidad inversora, todos estas operaciones se facilitan en gran medida.
Para los pequeños inversores, el MAB supone la posibilidad de invertir en un tipo de empresas al que antes de la creación del MAB no tenían acceso. El MAB pone el capital riesgo al alcance de los pequeños inversores, lo cual es algo que en España faltaba, y que es muy beneficioso para el conjunto de la economía.
A medio y largo plazo, el éxito de algunas de las empresas en el MAB supondrá la creación, supervivencia y éxito de nuevas empresas.
Uno de los grandes problemas que tienen los inversores en España con las empresas pequeñas es que es muy difícil salir de ellas. Ya es difícil comprar acciones de empresas pequeñas que no coticen en el MAB en España, pero más difícil aún es venderlas. Si una empresa no está en un mercado organizado, como la Bolsa, el vendedor tiene que buscar quién le compre sus acciones, y negociar el precio con él. Es una búsqueda muy complicada, porque a su vez los posibles compradores saben que cuando ellos quieran vender tendrán estos mismos problemas.
El éxito del MAB también incrementará el número de inversiones en empresas que aún no coticen, porque los inversores empezarán a ver clara la posbilidad de que esa empresa en la que están pensando invertir y que ahora mismo no cotiza, dentro de unos pocos años puede estar en el MAB.
Para que en España aumente la inversión en microempresas, stat-ups, etc, los inversores tienen que ver claro que cuando quieran vender lo podrán hacer, y a un precio justo. Eso es lo que aporta el MAB en la actualidad, e irá a más en el futuro, dinamizando toda la economía española y facilitando la creación de empresas, la creación de empleo, etc.
Cuando se habla de invertir en start-ups, pymes, etc, se suele citar como una de las posibilidades de obtener ganancias la salidad a Bolsa de la empresa. Pero hasta la creación del MAB, en España esto era solamente algo teórico que no sucedía en la práctica. Y por eso muy poca gente invertía en este tipo de empresas.
Por eso el MAB no sólo beneficia a las empresas que ya cotizan en él, sino a todas las que potencialmente podrían llegar a cotizar en él, e incluso a todos aquellos proyectos que sin el MAB se habrían quedado en un cajón, y con el MAB encontrarán inversores que esperan ver cotizar en el MAB dentro de unos años a esa empresa que ahora está naciendo.