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El dinero estancado se “muere” poco a poco por la inflación.
Está muy bien ahorrar, pero no se debe meter dinero en huchas porque el dinero debe estar trabajando siempre. Si se le deja “tumbarse a la bartola” pierde poder adquisitivo constantemente, cada día que pasa.
No hay que utilizar huchas nunca. Si se quiere tener apartada una cantidad de dinero por el motivo que sea hay que ir depositándola en algún sitio en el que el dinero no esté quieto, como por ejemplo una cuenta remunerada.
El dinero que metemos en las huchas a nosotros no nos da ningún interés, y además el banco no puede prestárselo a otras personas para que monten una empresa, se compren una vivienda, etc. Todo el mundo sale perdiendo cuando se deja al dinero “morirse” en huchas.
Además de la cantidad de intereses que se deja de cobrar la utilización de huchas tiene un efecto muy negativo en la mentalidad de las personas porque les hace despreciar el tiempo y les impide ver el dinero como algo que debe “moverse” para generar más riqueza, ya que de lo contrario pierde valor un día detrás de otro. Esto, muy probablemente, afectará no sólo al dinero que se encuentra en la hucha sino al resto del dinero y activos que posea esa persona y a sus futuros ingresos. Si una persona cree que no está perdiendo nada por dejar el dinero en una hucha es poco probable que gestione correctamente su patrimonio y sus ingresos.
El dinero no es un fin, sino un medio. Si se utiliza correctamente mejora la vida de su propietario y del resto de la sociedad, pero si se utiliza mal todo el mundo sale perjudicado.
No tiene sentido acostumbrarse a ver como algo normal que el dinero coja polvo y no sea utilizado para lo que fue creado; generar más riqueza y mejorar la vida de las personas.