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La capacidad de devolver la deuda de una empresa no depende de su capitalización bursátil

La capacidad que tiene una empresa de pagar su deuda no depende de su capitalización bursátil.
Supongamos que tenemos una empresa que únicamente tiene un piso comprado por 500.000 euros. Para comprar este piso hemos pedido una hipoteca de 400.000 euros. Si esta empresa cotizase en Bolsa su capitalización bursátil estaría alrededor de 100.000 euros, que es la diferencia entre el valor de los activos (el piso de 500.000 euros) y la deuda (la hipoteca de 400.000 euros). 500.000 - 400.000 = 100.000.
Por tanto en los 100.000 euros de capitalización bursátil ya está tenida en cuenta la deuda de 400.000 euros. Esta empresa puede pagar su deuda de 2 formas:
  1. Vendiendo el piso

  2. Pagando las cuotas de la hipoteca con el alquiler del piso
En el caso de una empresa la variable que va a determinar si dicha empresa es capaz de pagar su deuda o no mediante su actividad propia y no vendiendo activos es el EBITDA, que sería el equivalente al alquiler del piso del ejemplo.
Como se ve una empresa podría tener una capitalización bursátil muy baja y una deuda muy alta y ser capaz de devolver su deuda, pero también es cierto que en un caso así el riesgo de que no sea capaz de hacerlo es alto y eso es lo que está indicando su baja capitalización bursátil.
Si la empresa del ejemplo hubiera dado de entrada para comprar el piso únicamente 10.000 euros su deuda sería de 490.000 euros. En teoría la empresa sigue siendo capaz de devolver su deuda, ya que tendría un activo con un valor de 500.000 euros y una deuda de 490.000 euros. Su capitalización sería únicamente de 10.000 euros, aproximadamente, pero estaría en condiciones de afrontar una deuda de 490.000 euros, 49 veces su capitalización bursátil.

El problema en la práctica es que el valor de los activos es una estimación y no una precio garantizado que pueda hacerse efectivo en cualquier momento como si fuera un cheque al portador.
Si a la hora de vender el piso resulta que la oferta más alta que consigue la empresa es de 480.000 euros la diferencia sobre el precio estimado es pequeña , pero para una empresa tan endeudada supone que su valor pasa de ser 10.000 euros a -10.000 euros (480.000 – 490.000 = -10.000), lo que significa la quiebra de la empresa.
El otro riesgo es que caiga el alquiler del piso (el EBITDA en el caso de una empresa). Supongamos que en la empresa del ejemplo el alquiler íntegro del piso debe dedicarse a pagar la hipoteca y el beneficio es de 0 euros después de pagar las cuotas de la citada hipoteca. Si, por la circunstancia que sea, la empresa se ve obligada a rebajar su alquiler aunque sea en un porcentaje pequeño como un 10% se encuentra con que sus ingresos ya no pueden pagar sus deudas y si la situación se convierte en permanente la empresa se vería abocada a la quiebra, a no ser que consiguiera vender el piso por los 500.000 euros en que está valorado. Pero el EBITDA (alquiler) y el valor de los activos está relacionado, porque cuantos más beneficios produce un activo más valor tiene ese activo y, al revés, cuantos menos beneficios produce un activo menos valor tiene.
En resumen, una empresa con una capitalización bursátil muy inferior a su deuda puede ser capaz de hacer frente a esa deuda, pero el hecho de que la capitalización bursátil sea tan baja es una indicación de que la empresa está en serio riesgo porque en cuanto las cosas le vayan un poco mal (caída del valor de los activos y/o EBITDA relativamente pequeña) puede que ya no sea capaz de devolver su deuda.
La otra cara de la moneda es que si las cosas le van un poco bien la rentabilidad para sus accionistas puede ser muy alta. Si la empresa del ejemplo consigue vender el piso por 520.000 euros, lo cual no es una gran diferencia respecto al valor teórico del piso, el resultado es que el valor de la empresa pasa a ser de 30.000 euros (520.000 – 490.000 = 30.000). Esto supondría multiplicar su capitalización bursátil por 3 o, lo que es lo mismo, sus accionistas obtendrían una rentabilidad del 200%.
Este tipo de empresas son muy peligrosas y deben ser evitadas por los inversores prudentes porque una pequeña variación en el valor de los activos de la empresa y/o en la marcha de su negocio (muy difícil de estimar con antelación) provoca una variación muy fuerte, al alza o a la baja, en el valor de sus acciones.
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