Pensiones públicas; después de los 67 años vendrán los 70, 75, …
Parece el sistema público de pensiones va a subir la edad de jubilación a los 67 años desde los 65 actuales.
Casi todo el mundo está en contra de esta medida porque se sienten estafados, y con razón.
Pero la mayoría de estas personas lo que quiere es que se mantengan los 65 años actuales. Esta postura es irreal y no lleva a nada bueno.
El sistema público de pensiones actual es una estafa piramidal que ya ha quebrado y mantener las condiciones actuales es imposible. Si mantenemos el sistema las condiciones no dejarán de empeorar.
Hay que oponerse a esta estafa pero proponiendo soluciones reales y efectivas porque pretender cosas imposibles sólo lleva a la frustración y al empeoramiento de la situación.
¿Qué hay que hacer entonces?. Pues lo mejor es aplicar el conocido refrán de “a Dios rogando y con el mazo dando”.
En cuanto a la planificación de la jubilación cada uno debe considerar que el dinero aportado a la Seguridad Social es dinero robado que no va a recuperar nunca. Partiendo de esa base hay que ahorrar, invertir y planificar el patrimonio para que la jubilación de cada uno dependa de sí mismo, sin contar con recibir 1 sólo céntimo del sistema público de pensiones actual. Puede parecer difícil, pero la realidad es que cualquier persona puede conseguir para sí misma una jubilación mucho mejor que la limosna que en el mejor de los casos le dará el Estado.
Por otro lado no puede consentirse que los políticos sigan robando a a millones de ciudadanos generación tras generación y por eso hay que hacer todo lo posible (información a las personas del entorno, apoyo a las medidas que se propongan en este sentido, etc.) para desmontar la actual estafa y pasar a un sistema de capitalización.
El empobrecimiento de los nuevos jubilados no cesa de aumentar. Los nuevos pensionistas cada vez tienen menos poder adquisitivo porque para los políticos es mucho más fácil robar a los que empiezan a cobrar que a los que ya están cobrando debido a que es un robo menos visible para la mayor parte de la población. Pero si la estafa continúa llegará un momento en que también los que ya están cobrando su pensión serán robados abiertamente y verán descender aún más su nivel de vida.
Por eso, entre otras cosas, las personas jóvenes (que aún están a tiempo de crearse un patrimonio y unas rentas muy superiores a las de los jubilados actuales) deben conseguir que la transición al sistema de capitalización comience lo antes posible. La mayoría de los jubilados actuales ya no tienen tiempo ni capacidad de crearse un patrimonio para vivir de él y el sistema actual les lleva a la miseria. Y no se les puede dejar tirados como pretenden hacer los políticos en las próximas décadas a base de reducir de forma lenta y progresiva su poder adquisitivo. Los que más necesitan que la estafa actual se detenga no son los jóvenes sino las personas ya jubiladas o cerca de estarlo. Estas personas fueron saqueadas durante toda su vida laboral y ya no tienen tiempo de reaccionar y defenderse de esta estafa.