Los préstamos entre particulares tienen un alto riesgo
En los últimos tiempos han aparecido una serie de platarformas o webs cuyo objetivo es que unos particulares presten dinero a otros.
Prestar dinero es el negocio típico de los bancos y no es nada fácil. Es decir, prestarlo es muy fácil pero lo difícil es que te lo devuelvan. Las entidades financieras llevan siglos dedicándose a esto y aún así periódicamente tienen problemas con la morosidad.
Prestar dinero a particulares totalmente desconocidos me parece una actividad de altísimo riesgo. Y la rentabilidad que ofrece esta actividad tampoco me parece suficiente ni de lejos para compensar el gran riesgo que se está corriendo.
Es muy llamativo que en España haya una gran cantidad de gente que le tiene un miedo atroz a la que ha demostrado ser la mejor inversión a largo plazo, la Bolsa, y continuamente aparecen actividades infinitamente más arriesgadas que la inversión en Bolsa y que a esa gran parte de la población le parecen muy seguras (sellos, viviendas a precios de burbuja, prestar dinero a desconocidos, todo tipo de estafas piramidales, etc.).
Esto me recuerda al chiste del vendedor de pipas que siempre situaba su mesa al lado de una sucursal bancaria. Un día un cliente le pide que le deje llevarse unas bolsas de pipas con la promesa de pagárselas al día siguiente.
El vendedor le responde que le gustaría hacerlo pero que no puede, ante lo que el cliente le pregunta sorprendido por qué no puede hacerlo.
La respuesta del vendedor de pipas es que tiene un acuerdo con los del banco para no hacerse competencia desleal; “ellos no venden pipas y yo no doy préstamos”.
Prestar dinero es una actividad muy seria porque no todo el mundo devuelve lo prestado. A pesar de lo que pueda creer la gente el negocio de los bancos no es fácil y no lo puede hacer cualquiera.