La inflación no es un castigo divino
El IPCA (IPC Adelantado) de Marzo se ha situado en el 4,6%, un nivel muy elevado. La inflación es consecuencia de decisiones tomadas por los hombres, no algo que viene y va sin saber por qué.
En los últimos meses los productos alimenticios han tenido incrementos muy fuertes. Se da la circunstancia de que la mayor parte del presupuesto de la Unión Europea (alrededor del 30%-40%, según el año) se destina a la PAC (Política Agrícola Común), es decir, a subvencionar a los agricultores europeos para que no trabajen sus tierras, ganaderías, etc. Son muchos miles de millones de euros que salen de los impuestos (IVA, IRPF, Impuesto de Sociedades, etc.) que pagan todos los ciudadanos europeos, incluídos mileuristas, jubilados, parados, estudiantes, viudas, etc.
El resultado es que todos los ciudadanos europeos tienen que pagar más impuestos con el objetivo de reducir la oferta de productos alimenticios, y eso hace que a la hora de ir al supermercado los tengan que pagar más caros que si no se hubiera restringido la oferta de estos productos de forma artificial.
Si se suprimiera la PAC se conseguirían los siguientes resultados de forma casi instantánea:
- Reducir los impuestos a todos lo ciudadanos europeos, lo que a su vez haría aumentar la riqueza y el crecimiento de la economía europea. Que a su vez traería como resultado la reducción del paro, el aumento de los sueldos, etc.
- Aumentar la oferta de productos alimenticios, lo que haría bajar su precio. Eso supondría la bajada inmediata de la inflación.