¿Hay que darse prisa para comprar una vivienda antes de que suba el IVA y se eliminen las deducciones por vivienda habitual en el IRPF?
A simple vista puede parecer que las personas que estén pensando en comprar una vivienda a corto plazo deberían hacerlo antes de que suba el IVA y se eliminen las deducciones por compra de vivienda habitual en el IRPF. Parece lógico pensar que si se hace después la vivienda resultará más cara y además se perderá la devolución anual en el IRPF.
Pero generalmente los precios se adaptan a los cambios de forma natural.
Ambas cosas, tanto la subida del IVA como la eliminación de las deducciones, lo que hacen es reducir el valor de las viviendas. Es decir, una vez que ambos cambios entren en vigor todas las viviendas de España valdrán menos que antes de producirse los cambios.
Actualmente el comprador de un piso paga X euros porque, entre otras cosas, sabe que todos los años Hacienda le va a devolver Y euros. En el momento en que esos Y euros desaparezcan el comprador ya no pagará X, sino una cifra inferior a X. Esos Y euros tendrán que salir de las cuotas de la hipoteca, y eso se consigue pagando menos por el piso de forma que se necesite una hipoteca más pequeña.
Igualmente sucede con el IVA. El dinero para la entrada que tiene cada comprador se lo tienen que repartir entre el vendedor del piso, Hacienda, notario, registro, etc. Cuanto más dinero se lleve Hacienda menos queda para el vendedor del piso.
Estableciendo una comparación con la Bolsa la subida del IVA sería equivalente a una subida de los cánones de Bolsa. Y la eliminación de las deducciones en el IRPF sería equivalente a una reducción permanente de los dividendos de una empresa (por bajada de beneficios, no por reducción del pay-out).
Si los cánones de Bolsa suben fuertemente y los dividendos caen de forma permanente, ¿las acciones valen más o menos?. Es evidente que valen menos y lo lógico es que su cotización caiga claramente.
El mercado inmobiliario se mueve más lentamente que el bursátil, pero ambas medidas suponen una reducción del valor de los pisos que, si se impone la lógica, debería traducirse antes o después en bajadas adicionales de precios en las viviendas.