Financiera e inmobliaria, dos crisis distintas
La Bolsa se encuentra actualmente en medio de “la crisis finaciero-inmobiliaria”. Al menos en España creo que no debe considerarse una única crisis, sino dos; por un lado la crisis financiera y por otro la inmobiliaria.
Un inversor de largo plazo debe prestar mucha más atención a la evolución de los resultados empresariales y los dividendos que a la de las cotizaciones (que también es importante, por supuesto). Si la cotización cae pero los resultados siguen su marcha ascendente las crisis terminan olvidándose y las cotizaciones se recuperan. Por el contrario, si los resultados caen hay que estudiar muy detenidamente las razones de esa caída y revisar la valoración de las empresas. Para un inversor de largo plazo, sin ninguna duda, es mucho más preocupante una caída de los beneficios que una caída de la cotización.
Los principales bancos españoles ya han presentado sus resultados del tercer trimestre de 2007. El beneficio por acción (BPA) del Banco Santander ha crecido un 20%, BBVA +14%, Banco Popular +15%, Banesto (sin extraordinarios) +25%, etc. La crisis de las hipotecas subprime en Estados Unidos y el parón de las ventas de inmuebles en España de momento no ha tenido ningún impacto en los beneficios de los bancos españoles. Los bancos españoles están muy diversificados y no viven solamente de las hipotecas.
Los beneficios del tercer trimestre de 2007 de Parquesol, inmobiliaria centrada principalmente en la promoción de viviendas, han caído un 48%. La venta de viviendas ha bajado un 60%, compensada sólo en una pequeña parte por la división de alquiler de inmuebles, cuyos ingresos crecieron un 15%. Otras inmobiliarias también han registrado descensos en las ventas de viviendas y de suelo. Los bancos acreedores de Fadesa y Colonial les han prohibido repartir dividendo en los próximos años hasta que rebajen su nivel de endeudamiento.
A la vista de los resultados presentados hasta el momento parece que la crisis financiera será pasajera y las cotizaciones de los bancos se recuperarán. La crisis inmobiliaria , sin embargo, parece una crisis seria a la que habrá que seguir muy de cerca