Buenas tardes,
Con más calma, deseo compartir el caso del suegro de un buen amigo mío, para que, con datos tangibles, y contrastados, comprobemos hasta dónde es posible que nos conduzca la inversión a largo plazo.
El suegro de mi amigo (obvio el nombre por cuestiones de privacidad), compartió conmigo su experiencia en bolsa, cuando tuvo noticias de que yo también comencé a realizar mi cartera como plan de jubilación.
Según me dijo, allá por los años 80, tenía una pequeña tienda de souvenirs para turistas(Aún la tiene, pero la lleva una empleada). Vendía artesanía en barro. El típico botijo, plato de porcelana, etc. Era lo que siempre hizo, lo que sabía hacer. La tienda le daba para comer y poco más. Lo que le sobraba de pagar impuestos y de sus gastos necesarios, los destinaba, entre otras cosas, a comprar acciones de telefónica.
Por aquel entonces, me comenta que con una moneda de veinte duros te podías comprar una acción. Y acumulaba y acumulaba acciones. "En vez de un café, me compraba una acción", me decía. También se dedicó a ahorrar y comprar un piso (por aquel entonces costaban 3 ó 4 millones de pesetas un piso normalito). El piso lo alquilaba y le sacaba un sobre sueldo.
Allá por los 90 todavía seguía comprando acciones de telefónica con lo que ahorraba. Consiguió hacerse con un par de pisos más y los alquiló. Con el dinero que le daban los pisos, ya tenía más que suficiente para vivir. No desahogadamente, pero le daban.
Se acabó olvidando de las acciones, literalmente. Hasta que hace un par de años, le llegó una carta de telefónica en la que le invitaba a no sé qué evento (No supo decirme qué evento era. Ya que la carta se la mal leyó su hijo, y creía que era debido a que telefónica quería venderle algo. Ya sabéis, esas típicas reuniones con comerciales agresivos.). Así que no fue. Posteriormente tras unos meses, recibió otra, esta vez del banco en que tiene depositadas las acciones, informándole de que habían transcurrido muchos años sin realizar un movimiento en cuenta y querían "saber de él". En ese banco sólamente tenía las acciones depositadas. Y decidió ir al banco para que le explicasen de qué se trataba ese "acoso".
Le atendió un comercial, que al comprobar lo que tenía, le pasó directamente con el director de la sucursal. Y le atendieron como a un rey. Mientras me lo contaba se moría de la risa. Y me comentaba que en su vida le habían tratado de esa manera. Se llevó para casa una caja de vinos que le regaló el director. Siendo todo halagos. En su cara pude comprobar que aquello le gustó, porque lo narraba con fruición.
Yendo al grano, el director del banco le informó que tras muchos años sin saber de él, tenía una cuenta de efectivo abierta y una cuenta de valores, que si no daba señales de vida "todo se lo quedaba el banco", según me dijo. Desconozco este punto, no sé si eso puede ser así.
El director le informó de la cantidad que tenía en la cuenta de efectivo, más de 30 años recibiendo dividendos. Y más de 30 años con acciones de telefónica, de las que no se acordaba, porque, según me dijo, eso fue un impulso que tuvo durante unos años, pero que después, con el tema inmobiliario, se acabó olvidando completamente.
En la cuenta de efectivo tenía "dos millones y pico" (de euros), y en la cuenta de valores tenía acciones por más de 7 millones de euros a valor del día en que comprobaron el precio de las acciones que tenía.
Imaginad su alegría. Tengo que decir que no recibe una pensión de nada. Porque tras una vida pagando impuestos, no le ha quedado nada. Estaba dado de alta como autónomo, y en otros momentos (los peores)no estaba dado de alta en ningún sitio (hablamos de los años 80).
Ahora vive como un rey. Se ha comprado un chalet. A sus hijos les ha comprado una vivienda, la que han querido. Viaja aquí y allá....Y vive. Y le importa muy poco el no cobrar una pensión. Algo revelador que me comentó y que se me quedó grabado, con respecto a los cambios en la edad de jubilación y a las pensiones:"Llevo toda mi vida pagando impuestos, he estado dado de alta en SS no sé cuántos años, pero no llegué al mínimo para tener una pensión con la que malvivir. Ahora, que se queden con mi dinero. Me da igual. No la necesito.". Y tiene 63 años.
En sus palabras se sentía la rabia de ver que estuvo aportando dinero a un sistema que le condenaba a tener, en el mejor de los casos, una "pensión para malvivir de mayor". Pudiendo comprobar que se han quedado con su dinero, y que no se lo van a devolver. Una estafa, un engaño en toda regla.
Este caso, es un ejemplo muy difícil de conseguir, a mi entender. No aspiro a tanto. Porque sus acciones de telefónica se han revalorizado en mucho más de un 1000% según los cálculos, grosso modo, que estuvimos haciendo juntos, según los precios a los que compraba y recordaba. (De 100-200 pesetas/acción a 16 euros/acción, hay una revalorización importantísima).
Pero lo tengo como ejemplo de que hay que seguir ahorrando e invirtiendo. Ojalá que cuando tenga aproximadamente su edad, pueda decir lo mismo: "No necesito la pensión."
Un saludo,
Con más calma, deseo compartir el caso del suegro de un buen amigo mío, para que, con datos tangibles, y contrastados, comprobemos hasta dónde es posible que nos conduzca la inversión a largo plazo.
El suegro de mi amigo (obvio el nombre por cuestiones de privacidad), compartió conmigo su experiencia en bolsa, cuando tuvo noticias de que yo también comencé a realizar mi cartera como plan de jubilación.
Según me dijo, allá por los años 80, tenía una pequeña tienda de souvenirs para turistas(Aún la tiene, pero la lleva una empleada). Vendía artesanía en barro. El típico botijo, plato de porcelana, etc. Era lo que siempre hizo, lo que sabía hacer. La tienda le daba para comer y poco más. Lo que le sobraba de pagar impuestos y de sus gastos necesarios, los destinaba, entre otras cosas, a comprar acciones de telefónica.
Por aquel entonces, me comenta que con una moneda de veinte duros te podías comprar una acción. Y acumulaba y acumulaba acciones. "En vez de un café, me compraba una acción", me decía. También se dedicó a ahorrar y comprar un piso (por aquel entonces costaban 3 ó 4 millones de pesetas un piso normalito). El piso lo alquilaba y le sacaba un sobre sueldo.
Allá por los 90 todavía seguía comprando acciones de telefónica con lo que ahorraba. Consiguió hacerse con un par de pisos más y los alquiló. Con el dinero que le daban los pisos, ya tenía más que suficiente para vivir. No desahogadamente, pero le daban.
Se acabó olvidando de las acciones, literalmente. Hasta que hace un par de años, le llegó una carta de telefónica en la que le invitaba a no sé qué evento (No supo decirme qué evento era. Ya que la carta se la mal leyó su hijo, y creía que era debido a que telefónica quería venderle algo. Ya sabéis, esas típicas reuniones con comerciales agresivos.). Así que no fue. Posteriormente tras unos meses, recibió otra, esta vez del banco en que tiene depositadas las acciones, informándole de que habían transcurrido muchos años sin realizar un movimiento en cuenta y querían "saber de él". En ese banco sólamente tenía las acciones depositadas. Y decidió ir al banco para que le explicasen de qué se trataba ese "acoso".
Le atendió un comercial, que al comprobar lo que tenía, le pasó directamente con el director de la sucursal. Y le atendieron como a un rey. Mientras me lo contaba se moría de la risa. Y me comentaba que en su vida le habían tratado de esa manera. Se llevó para casa una caja de vinos que le regaló el director. Siendo todo halagos. En su cara pude comprobar que aquello le gustó, porque lo narraba con fruición.
Yendo al grano, el director del banco le informó que tras muchos años sin saber de él, tenía una cuenta de efectivo abierta y una cuenta de valores, que si no daba señales de vida "todo se lo quedaba el banco", según me dijo. Desconozco este punto, no sé si eso puede ser así.
El director le informó de la cantidad que tenía en la cuenta de efectivo, más de 30 años recibiendo dividendos. Y más de 30 años con acciones de telefónica, de las que no se acordaba, porque, según me dijo, eso fue un impulso que tuvo durante unos años, pero que después, con el tema inmobiliario, se acabó olvidando completamente.
En la cuenta de efectivo tenía "dos millones y pico" (de euros), y en la cuenta de valores tenía acciones por más de 7 millones de euros a valor del día en que comprobaron el precio de las acciones que tenía.
Imaginad su alegría. Tengo que decir que no recibe una pensión de nada. Porque tras una vida pagando impuestos, no le ha quedado nada. Estaba dado de alta como autónomo, y en otros momentos (los peores)no estaba dado de alta en ningún sitio (hablamos de los años 80).
Ahora vive como un rey. Se ha comprado un chalet. A sus hijos les ha comprado una vivienda, la que han querido. Viaja aquí y allá....Y vive. Y le importa muy poco el no cobrar una pensión. Algo revelador que me comentó y que se me quedó grabado, con respecto a los cambios en la edad de jubilación y a las pensiones:"Llevo toda mi vida pagando impuestos, he estado dado de alta en SS no sé cuántos años, pero no llegué al mínimo para tener una pensión con la que malvivir. Ahora, que se queden con mi dinero. Me da igual. No la necesito.". Y tiene 63 años.
En sus palabras se sentía la rabia de ver que estuvo aportando dinero a un sistema que le condenaba a tener, en el mejor de los casos, una "pensión para malvivir de mayor". Pudiendo comprobar que se han quedado con su dinero, y que no se lo van a devolver. Una estafa, un engaño en toda regla.
Este caso, es un ejemplo muy difícil de conseguir, a mi entender. No aspiro a tanto. Porque sus acciones de telefónica se han revalorizado en mucho más de un 1000% según los cálculos, grosso modo, que estuvimos haciendo juntos, según los precios a los que compraba y recordaba. (De 100-200 pesetas/acción a 16 euros/acción, hay una revalorización importantísima).
Pero lo tengo como ejemplo de que hay que seguir ahorrando e invirtiendo. Ojalá que cuando tenga aproximadamente su edad, pueda decir lo mismo: "No necesito la pensión."
Un saludo,
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