Estoy leyendo el libro ¿Existe la suerte? de Nassim taleb. Me esta pareciendo un buen libro, aunque quién haya leído antes a Taleb sabrá que en sus libros hay partes densas y complicadas. No me parece un escritor para todos los públicos.
La razón por la que la mayoría de inversores nos hemos arruinado alguna vez o hemos perdido parte de nuestro dinero en malas rachas creo que viene muy bien reflejada en la siguiente anécdota que explica Taleb en su libro. Se suele decir de forma popular que solemos aprender de nuestros errores. Esta creencia es totalmente acertada. A veces la única manera de aprender es pegarte golpes contra una pared. Algo parecido a lo que se observa en los niños cuando tocan un fuego. Sólo evitaran volver a tocarlo cuando se hayan quemado. No somos especialmente hábiles para aprender de los consejos y errores de las personas que están a nuestro alrededor. A veces, pensamos que somos especiales y lo que les ha ocurrido a otros no nos pasara a nosotros. Desafortunadamente en muchas ocasiones estamos equivocados. Este el pasaje del libro de Nassim Taleb:
La razón por la que la mayoría de inversores nos hemos arruinado alguna vez o hemos perdido parte de nuestro dinero en malas rachas creo que viene muy bien reflejada en la siguiente anécdota que explica Taleb en su libro. Se suele decir de forma popular que solemos aprender de nuestros errores. Esta creencia es totalmente acertada. A veces la única manera de aprender es pegarte golpes contra una pared. Algo parecido a lo que se observa en los niños cuando tocan un fuego. Sólo evitaran volver a tocarlo cuando se hayan quemado. No somos especialmente hábiles para aprender de los consejos y errores de las personas que están a nuestro alrededor. A veces, pensamos que somos especiales y lo que les ha ocurrido a otros no nos pasara a nosotros. Desafortunadamente en muchas ocasiones estamos equivocados. Este el pasaje del libro de Nassim Taleb:
Si se cree que la mera lectura de los libros de la historia le va a ayudar a a "aprender de los errores de otros", piense en el siguiente experimento del siglo XIX. En un bien conocido caso de psicología, el médico suizo Claparade tenía una paciente amnésica totalmente afectada por su enfermedad. Su condición era tan mala que tenía que volver a presentarse una vez cada quince minutos para que ella pudiera recordar con quién estaba hablando. Un día se escondió una chincheta en la mano antes de dársela. Al día siguiente ella retiró su mano rápidamente cuando él intentó dársela, pero seguía sin reconocerle. Desde entonces, muchos debates sobre los pacientes amnésicos demuestran cierta forma de aprendizaje de las personas sin que sean conscientes de ello y sin que se haya almacenado en su memoria consciente. El nombre científico de la diferencia entre las dos memorias, la consciente y la inconsciente, es memoria declarativa y memoria no declarativa
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