Blog de Bolsa e inversiones
La futura sede de Iberia-British Airways; un nuevo avance de la globalización
El hecho más destacado de la fusión de Iberia y British Airways, en mi opinión, es que la sede de la nueva compañía fusionada no estará en España o Reino Unido como sería lo lógico, sino en el país que les ofrezca una fiscalidad más favorable.
La importancia de esta forma de elegir el lugar de la nueva sede radica en que es un paso muy importante en la competencia fiscal entre países, algo que beneficiará a todos los ciudadanos y empresas europeos.
Gracias a la globalización y la tecnología cada vez es más fácil situar la sede de una empresa en un país distinto al que acoge la mayor parte de las actividades de dicha empresa. Eso hace que las empresas ya no estén “atadas” a su país de origen y la consecuencia es que los políticos de los diferentes países tendrán que empezar a competir entre sí, bajando los impuestos a empresas y ciudadanos y mejorando la gestión y la eficiencia de las administraciones públicas para reducir el gasto público.
Esta redución de impuestos y burocracia supondrá que los ciudadanos y empresas europeos, y del resto del mundo, cada vez conservarán un mayor porcentaje del dinero que han ganado en su poder, a la vez que los trámites que deban hacer con la Administración serán más ágiles y eficientes, reduciendo los costes en tiempo y dinero para ciudadanos y empresas.
De la misma forma que de la competencia entre empresas se benefician los consumidores, de la competencia entre políticos se beneficiarán todos aquellos ciudadanos que no vivan de la política, sino de su trabajo, negocios y/o inversiones.
Honda FCX Clarity, un coche de hidrógeno real
Este modelo de Honda no es un prototipo, aunque de momento se fabricarán muy pocas unidades. Las previsiones son comercializar 200 unidades hasta 2011. Inicialmente se va a comercializar únicamente en ciertas zonas de California (se alquilará por 600$ al mes). A medida que se vaya ampliando la red de estaciones de hidrógeno se irá ampliando el número de unidades comercializadas.
Tiene unas prestaciones aceptables; 160 km/h de velocidad máxima y más de 430 kilómetros sin repostar.
La importancia de este coche es que ha salido de los laboratorios para ser utilizado por clientes de la calle. Cuando una tecnología deja de ser utilizada únicamente en los laboratorios da un salto de madurez enorme, y este es un paso muy importante para abandonar la economía del petróleo.
Martinsa-Fadesa; ninguna empresa puede vivir de vender bienes claramente sobrevalorados
El sector inmobiliario está sujeto a las leyes del mercado como todos los demás sectores. El problema es que la brutal intervención del suelo ha hecho creer a muchos de sus integrantes que los inmuebles están por encima del bien y del mal.
Martinsa-Fadesa, igual que el resto de inmobiliarias españolas, tiene que aceptar la nueva situación del mercado y adaptar los precios de venta de sus inmuebles a las nuevas circunstancias. No tiene sentido que sigan negándose a bajar los precios de una forma pronunciada y realista y que la única solución que propongan a sus problemas sea esperar sin hacer nada a ver si hay “suerte” y se vuelve a formar otra burbuja inmobiliaria. Todas las burbujas revientan antes o después y una hipotética segunda burbuja inmobiliaria también lo haría, pero con consecuencias aún mucho más graves que la actual.
Los inmuebles pueden bajar de precio y mucho. Ya se vió en la crisis de los 90 aunque ahora se ignore o se niegue.
Gracias a internet esta bajada del precio de los inmuebles ha llegado a ser conocida por toda la población. Aunque los tipos volvieran a bajar al 2% ya no iba a haber compradores dispuestos a pagar los precios que se pagaron en la burbuja porque han visto las consecuencias de comprar cualquier cosa a cualquier precio y además con un apalancamiento disparatado.
El valor de los pisos es claramente inferior a su precio actual y el ajuste es inevitable. El suelo es un bien abundante y que por tanto tiene un valor muy bajo, aunque algunos lo hayan pagado a precio de oro, y construir vivendas tiene un coste de entre 600 y 900 euros por metro cuadrado actualmente en España, dependiendo de las calidades que se utilicen. Si se añade un margen de beneficio razonable para el promotor el precio de venta debería rondar los 800 – 1.200 euros por metro cuadrado.
A nadie se le pasa por la cabeza que el mes que viene el precio del petróleo cayera un 40% y Repsol, CEPSA, BP,etc. se negaran a vender gasolina y gasoil a sus clientes hasta que el precio del petróleo volviera subir a 140$. Pues esta situación tan absurda es la que se vive actualmente en el merado inmobiliario español.
Antonio Brufau, presidente de Repsol: “El gasoil sin impuestos vale como el agua”
Según el presidente de Repsol el gasoil sin impuestos vale lo mismo que el agua. Esto demuestra que quienes ganan dinero realmente con el petróleo son los Estados, tanto los de los países productores de petróleo como los de los países donde se venden los productos refinados (gasolina, diesel, etc.).
Muchas veces se habla de los “indecentes” beneficios de las petroleras, pero casi nunca se habla de las enormes inversiones que tienen que realizar para obtener esos beneficios (el margen de beneficios de las empresas petroleras es inferior al de muchos otros sectores) ni de los beneficios que obtienen los Estados, sin correr ningún riesgo, del trabajo que realizan las empresas petroleras.
Y los que pagan esos enormes impuestos son, como siempre, los ciudadanos.
Las renovables no parecen ser la solución para la actual crisis del petróleo
El Gobierno británico ha comunicado hace pocos días un ambicioso plan para aumentar la capacidad de generación de electricidad mediante la utilización de energías renovables.
El presupuesto es muy importante, 13.000 millones de euros, pero el objetivo es conseguir que en 2020 el 15% de la producción de electricidad se realice con energías renovables. La pregunta es ¿de dónde va a salir el 85% restante?.
Y además es un objetivo para dentro de 12 años, una eternidad a la velocidad que está subiendo el petróleo.
Mucho antes de 2020 Occidente tendrá que generar un porcentaje mucho más alto que ese 15% con fuentes distintas del petróleo y el gas natural.
Las renovables pueden ser una ayuda, pero no parece que vayan a ser la solución.